El Zelus renardii más conocida como la «Chinche asesina«, llegó a España en 2012, que fue vista por primera vez en Murcia.
Esta especie procede de México y Estados Unidos, y que no ha parado de extenderse por toda la costa del mediterráneo, y ya ha llegado a algunos municipios de la Comunidad de Madrid.
Esta especie se llama así porque devora a insectos pequeños, y suelen estar en zonas de campo o jardines, y no se alimentan de sangre como las otras chinches.
La chinche asesina suelen tener un cuerpo negro, patas amarillas y unos puntos blancos en las alas característicos en los adultos.
Los machos son un poco más grandes que las hembras.
Utilizan una larga trompa que segrega la saliva, que contiene una enzimas que licua las partes blandas de su presa y después lo absorbe.
La chinche asesina no somos su presa natural, y como no se alimenta de sangre no transmiten enfermedades y no son peligrosas para nosotros, sólo que su picadura es muy dolorosa que puede duras algunas horas y a algunos pudiera surgir una reacción alérgica.
Las picaduras han sido tanto en interiores como exteriores de las viviendas o edificios.
Se adaptan muy bien en zonas rurales como urbanas.
El mayor problema es su rápido crecimiento y propagación en los últimos años y por tanto un mayor contacto con los humanos, por eso se están produciendo ya las primeras picaduras en la Comunidad de Madrid y en la costa mediterránea del país.
A parte de los casos en la Comunidad de Madrid como en Alcalá de Henares, ya habido casos como en Elche, Algeciras, Torrevieja…
Esto ha llevado a que se ponga una especial vigilancia a las poblaciones que se han detectado para poder hacer un control y evitar que se sigan expandiendo a mayor velocidad.