La cimex lectularius o chinche de la cama es la especie de chinche que mejor se ha adaptado al entorno humano. Habita en climas templados de todo el mundo y se alimenta de sangre humana preferentemente.
En la primera mitad del siglo XX estos insectos hematófagos eran muy comunes y se hallaban presentes en colchones, sofás y mobiliario de casi todas las viviendas. Con el uso de pesticidas tóxicos como el DDT su presencia disminuyó hasta el punto de pensar que se habían erradicado.
Sin embargo, en la última década los casos de infestaciones por chinches de la cama han aumentado notablemente en Europa y Estados Unidos. La causa principal de este incremento de población de chinches en los países desarrollados es, según los expertos, el aumento del tránsito de personas y mercancías en todo el globo.
Aunque no se ha demostrado que sean transmisoras de enfermedades, su picadura resulta muy molesta. Es una plaga difícil de detectar y erradicar, que va en aumento en zonas turísticas y muy transitadas. El control de chinches en Madrid y otras grandes ciudades de España es un verdadero quebradero de cabeza que afecta a hoteles, hospitales, residencias, oficinas, almacenes, gimnasios y viviendas particulares.
CÓMO DETECTARLAS Y ERRADICARLAS
Lo primero que debemos tener en cuenta es que la presencia de las chinches no está relacionada en ninguna forma con la falta de higiene. Por tanto, podemos encontrarla en los lugares más limpios y lujosos.
El insecto se introduce en los hoteles escondido en las maletas y enseres de los turistas. Una vez allí se esconde en lugares recónditos como colchones, almohadas, somieres, armarios y rendijas de muebles y puertas.
Puesto que son de hábitos nocturnos, resulta difícil detectarlas durante el día. Como normalmente se suelen esconder en el entorno de la cama, la mejor forma de descubrir su presencia es observar si hay pequeñas manchas o restos de sangre entre las sábanas.
Su picadura puede no notarse al instante sino varias horas después, dependiendo de nuestra sensibilidad. En ocasiones, sólo observaremos en la piel varias marcas rojas con poco espacio entre ellas, principalmente en el cuello y los brazos. En caso de picor persistente, es importante no rascarse ya que las picaduras se podrían infectar.
El insecto es de forma ovalada y color marrón rojizo. Tienen seis patas y el tamaño aproximado de una pepita de manzana. Si inspeccionamos el colchón, el somier y la ropa de cama y detectamos insectos con estas características debemos actuar rápidamente.
La única forma de llevar a cabo un tratamiento correcto y efectivo de la chinche de la cama es recurrir a una empresa acreditada. Las empresas de control de plagas en Madrid y otras ciudades cuentan con personal cualificado para utilizar productos capaces de acabar con estos insectos de forma segura.
Fuente de la imagen: Ibbra
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